«Era un zumbido horrible, no podíamos dormir»

D. PÉREZ

Antonio Flich efectuó un detallado relato de los hechos que, según él, sufrió. Afirmó que las molestias acústicas comenzaron en 1991. «Lo sufrimos en silencio hasta 1995, cuando nos dimos cuenta que había mucha gente afectada». Fue entonces cuando, en enero de ese año -aún bajo gobierno del socialista Enrique Ayet-, interpuso la primera denuncia. Previamente, en 1994, el anterior alcalde pactó con Llop suspender la actividad de la Central de Cogeneración por las noches «pero aquello fue un engaño, eso motivó la primera denuncia», explicó. Del mismo modo calificó Flich el ofrecimiento que el propio empresario le hizo de visitar el interior de la planta para comprobar in situ el origen de los ruidos. «La recorrimos con él hasta llegar a un patio, que era de donde salían los ruidos. Le señalé el lugar, me reconoció que podía ser verdad y me dijo que pondría todos los medios pero fue mentira, aquel ruido horroroso no paró», señaló Flich.

Pocos detalles sobre el aparato

El denunciante no aportó tanto lujo de detalles cuando el abogado del empresario le pidió que describiera el aparato de donde supuestamente salía el ruido. «Ví un gran ventilador. Los motores estaban en un sitio elevado del patio, pero no los ví bien». En este punto el letrado de Llop anotó una contradicción de Flich porque los motores «estaban en el suelo». «Es posible -rectificó el vecino-, sólo ví el gran ventilador».

Flich señaló en su intervención que, más allá de las mediciones de la Policía Local, su certeza de que era Rocersa el origen de las emisiones de ruidos y no otra empresa procedía de su propio análisis. «En las noches que no llegaban los ruidos al maset me iba a Rocersa y a otras empresas cercanas y con un teléfono móvil y la ayuda de mi mujer comprobaba si esos ruidos salían de allí, hasta que tuve la certeza».

Tanto Flich como su mujer describieron que entre 1991 y 1998 sufrieron constantes problemas para conciliar el sueño. El abogado del alcalde interrogó a ambos integrantes del matrimonio por qué, pese a abandonar el maset del Madrigal en 1996 para irse a vivir a otro domicilio, siguieron yendo a veranear hasta 1998 si el ruido era tan insoportable. La respuesta por separado fue la misma. «Íbamos allí a diario aunque a vivir sólo los 2 meses de verano, no queríamos renunciar a mantener nuestra vivienda, estábamos en nuestro derecho», defendió Capella. «No estarían ustedes tan mal cuando preferían el ruido al calor del verano...», inquirió el letrado del alcalde. «Eran dos cosas diferentes», remató Capella.

Por último, la esposa de Flich aseguró que las denuncias nada tienen que ver con el hecho de que su hermano Salvador Capella sea edil del PSPV. «Se ha manipulado el tema, de hecho la primera denuncia se puso con el PSPV».

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