«El consistorio no hizo nada pese a saber que el ruido del "pub" afectaba a nuestro bebé»

El matrimonio que ha logrado la condena al ayuntamiento había presentado 60 quejas

Llorenç Martínez

El calvario de la pareja comenzó en 2001, cuando el pub, que acababa de cambiar de dueño, comenzó a emitir un nivel sonoro anormal. «Era una locura. Intentamos hacer un acercamiento amistoso, pero no nos hicieron caso», recuerda Sergio. Los afectados se dirigieron al ayuntamiento para comprobar la situación legal del local, que tenía concedida la licencia de apertura a pesar de sus «numerosas irregularidades». El matrimonio llegó a presentar «cerca de 60» instancias de queja, a las que se sumaron varias inspecciones de la policía local que constataban la evidencia de las molestias.

La familia, aquejada de ansiedad y trastornos del sueño, decidió dormir los fines de semana en el domicilio del padre de Sergio: «El suelo temblaba y el niño tenía que dormir en una hamaca a la otra parte del piso porque el sonido era tan exagerado que en su cuarto no podía dormir. Y todo ello durante los primeros meses de vida, que son fundamentales para su desarrollo».

Sergio aún no entiende cómo el consistorio actuó con tanta «permisividad» siendo consciente de que había un bebé afectado: «Lo que más nos indignó fue que el ayuntamiento no hiciera nada. El pub no tenía insonorización, desde arriba oíamos las conversaciones y el ruido del futbolín y la música hacía vibrar los cristales». Después de que el consistorio se negara a contestar su petición de indemnización, el matrimonio decidió acudir a los tribunales y obtuvo una sentencia favorable que fue recurrida por ambas partes. El último fallo, dictado por el TSJ, ha satisfecho a la pareja, pero Sergio lamenta que todos los vecinos tengan que pagar una compensación cuya responsabilidad corresponde al anterior alcalde.

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