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Bilbao, 17/01/04
Cartas al Director
Monte y ruidosos
Alberto Coera Sánchez
Hace ya tiempo que los montes de Triano se han convertido en lugares de recreo para ciertos personajes ruidosos que transforman una salida montañera en busca de tranquilidad en una auténtica pesadilla. Recientemente ascendí al Pico Mayor y otros montes de la zona. A pesar de las privilegiadas vistas de las que gocé, mi excursión se vio empañada por la compañía de un sinfín de motos, 'quads' y todoterrenos que, en un ir y venir continuo, me obsequiaron con todo tipo de ruidos estridentes, gases nocivos y salpicaduras de barro ante mi impotencia más absoluta y la de todos aquellos que amamos la naturaleza. Y es que les vi hacer de todo: zigzaguear entre los árboles, pasar por cimas y pastos, hacer competiciones de ruidos, en definitiva, destrozar la calma y el terreno por dondequiera que pasaran. Esto no es nuevo.Hace ya tiempo que viene ocurriendo con el silencio cómplice de quienes podrían pero no quieren remediarlo. Y no me vengan diciendo que el monte es para todo el mundo por muy cafre que sea. Hay unas normas mínimas de respeto a la naturaleza que esta gente se pasa impunemente por el arco del triunfo. Por todo ello, creo que ya va siendo hora de que, al igual que ya ha ocurrido en otras zonas, se limite el acceso sólo a los vehículos autorizados -públicos y ganaderos- y se impida que nuestro entorno se deteriore aún más por la acción de unos desaprensivos.
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