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Zaragoza, 03/01/04
El Justicia exige soluciones para el ruido de la autovía de Logroño
Propone colocar pantallas que reduzcan las molestias a los vecinos de Garrapinillos. El Defensor del Pueblo también estudia el caso
R. G.
El Justicia de Aragón ha vuelto a dar un tirón de orejas a la Administración por los problemas de ruido que sufren los zaragozanos. Pero en este caso no se trata de la polémica que persigue a los discobares, sino de las molestias que genera la autovía de Logroño en los barrios rurales del oeste de la ciudad. En respuesta a la queja de un particular, que también está siendo instruida por el Defensor del Pueblo, García Vicente censura la planificación urbanística de la capital aragonesa y recomienda instalar pantallas antirruido a lo largo de la carretera para reducir los perjuicios a los vecinos de una urbanización de Garrapinilllos.Según explica en su respuesta, los "excesivos" niveles de ruido que soportan los residentes de la urbanización "Torreblanca", "encajada en una zona industrial y rodeada de carreteras de gran tránsito rodado, como la autovía de Logroño, la variante de Casetas y el nuevo acceso, aún en construcción, a la A-68", obedecen a la "falta de previsión" de la Administración. No en vano, según ha podido constatar García Vicente, algunas de las viviendas de "Torreblanca" están ubicadas a tan sólo nueve metros de la N-232 y de la variante de Casetas.
Incumplimiento de la ley
"No se han respetado las distancias que marca la Ley de Carreteras puesto que hay un buen número de parcelas afectadas por la línea de seguridad de cien metros que establece la normativa. Incluso se han levantado nuevas construcciones dentro de la propia delimitación de la zona de servidumbre", señala en su informe.En opinión del Justicia, el Ayuntamiento de Zaragoza podría haber evitado las molestias a estos vecinos, si hubiera planificado mejor el crecimiento urbanístico de la ciudad. Por esta razón, propone al Consistorio, como guía para futuras actuaciones, que "estudie, a la hora de calificar un suelo, los inconvenientes y eventuales problemas que puede generar la urbanización de una parcela y su posterior edificación, antes de que esos terrenos se ocupen por viviendas y haya personas que resulten perjudicadas".
Para resolver el caso concreto que motivó la queja, García Vicente propone al Ayuntameinto colocar pantallas antirruido que minimicen las molestias a los vecinos que residen junto a la autovía. "Sería conveniente que se lo exigiera al promotor de la urbanización, o que proceda a instalarlas por sí mismo o en colaboración con el Ministerio de Fomento, titular de la carretera", concluye la institución.
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