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Bilbao, 4/2/3

Las causas del fracaso escolar

Detrás de este problema de niños y adolescentes puede haber desde una mala alimentación a falta de sueño, hiperactividad u otros trastornos. Detectarlos es el primer paso para su tratamiento.

CÉSAR SOUTULLO
Especialista en Psiquiatría Infantil y Adolescente, Departamento de Psiquiatría y Psicología Médica, Universidad de Navarra

El fracaso escolar es un problema frecuente en niños y adolescentes que puede tener causas variadas: médicas, psiquiátricas, psicológicas, sociales, ambientales... Su origen debe estudiarse con cuidado porque, con frecuencia, cuando se trata mejora significativamente la situación.

Alimentación deficiente

En general, la alimentación de los niños en nuestra sociedad es adecuada. Sin embargo, a veces se produce una 'malnutrición relativa' en niños que no desayunan adecuadamente ya que pasan muchas horas desde la cena hasta la comida sin alimentarse. Esto genera falta de concentración, cansancio y desinterés en las clases de la mañana. Es importante supervisar el desayuno de los niños y comprobar que su ingesta sea la adecuada. En concreto, deben tomar calorías suficientes, no sólo de azúcar o bollería que se absorben rápidamente, sino también proteínas como jamón, huevo, queso, además de leche, zumo o fruta, pan, cereales o galletas. El almuerzo de media mañana puede suplir y complementar el desayuno.

Sueño

Otra causa médica de posible fracaso escolar son los problemas del sueño. Los niños que se acuestan muy tarde, a horas irregulares o que duermen en ambientes ruidosos pueden estar excesivamente cansados para rendir en el colegio al día siguiente. También los niños con obesidad, que roncan excesivamente, sufren muchos periodos cortos de apnea durante el sueño y se despiertan brevemente. Aunque no se dan cuenta de estos despertares, durante el día están cansados y con falta de concentración. Por otro lado, los niños con asma que empeora durante la noche tienen el sueño interrumpido y pueden sufrir problemas muy similares. El uso de algunas medicaciones puede afectar también a los niveles de energía y concentración. En adolescentes el abuso de drogas como la marihuana puede producir no sólo problemas de concentración, sino desinterés, apatía, disminución de la autoestima y reducción de las expectativas.

Otras causas médicas de problemas escolares y de concentración pueden ser la anemia y los trastornos endocrinos como diabetes o problemas de tiroides. Por último, es importante que un niño con fracaso escolar reciba una evaluación de la vista y del oído por si una disfunción de estos órganos pueda estar detrás de los problemas en los estudios.

Problemas de actitud

Una de las causas más frecuentes de fracaso escolar en niños es el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), que afecta a un 5% de los niños en edad escolar, y que es más frecuente en varones. Se caracteriza por problemas de atención, impulsividad al hacer las cosas y exceso de actividad. Sin embargo no todos los niños con TDAH son hiperactivos, y aquellos que sufren principalmente de inatención, a veces pasan desapercibidos porque no molestan tanto a los adultos.

El TDAH requiere ser atendido por un equipo de especialistas expertos en el tratamiento de niños con problemas psiquiátricos y del comportamiento y con posibilidad de coordinar los recursos en el colegio y apoyar a los padres. Estos niños deben ser evaluados por el pediatra o psiquiatra infantil y tratados con medicación, ya que así se mejora el rendimiento escolar y disminuyen los problemas con su entorno.

Algunas formas leves de TDAH se pueden controlar con tratamiento no farmacológico. Sin embargo, los estudios indican que el tratamiento más eficaz es una combinación de medicación y psicoterapia conductual con entrenamiento a los padres y apoyo en el colegio.

Los problemas de ansiedad, especialmente por separación, son otra causa frecuente de fracaso escolar en niños pequeños. El niño no quiere separarse de los padres y, con frecuencia, sufre dolores de tripa o de cabeza, vómitos... Son síntomas que sufre cuando va al colegio, pero que desaparecen los fines de semana. Le molesta que sus padres vayan a cenar o al cine y lo dejen con los abuelos o una canguro, y duerme con los padres o tiene mucho miedo al acostarse. Ese miedo a estar lejos de casa hace que en el colegio esté distraido alegue problemas físicos que no tienen causa médica.

La depresión es la principal causa de suicidio en todas las edades. En niños y adolescentes puede producir, además de humor triste o irritable, desinterés, apatía, falta de ilusión, falta de concentración y de energía y problemas en el sueño. Debe diagnosticarse y tratarse por un psiquiatra con antidepresivos modernos, que tienen pocos efectos secundarios y que no producen ni adicción ni cambian la personalidad, como mucha gente, erróneamente, cree.

La enfermedad maniaco-depresiva o bipolar es un tipo de depresión que a veces se confunde con el TDAH y necesita otros tratamientos específicos. Hay que puntualizar que la depresión no es culpa de los padres ni del niño, y no ayuda paralizarse ante la situación y esperar «a ver si se le pasa» porque cuanto más se retrase el diagnóstico y el tratamiento, peores pueden ser las secuelas.

Cómo actuar

Ante un niño o adolescente con fracaso escolar deben descartarse primero problemas médicos de la vista y el oído, del sueño y de la alimentación, problemas endocrinos, neurológicos o abuso de drogas, especialmente marihuana y alcohol en adolescentes.

Después de la evaluación pediátrica se hace una evaluación psiquiátrica y psicológica para valorar el nivel intelectual y la presencia de problemas específicos del aprendizaje así como trastornos psiquiátricos como ansiedad, depresión, y trastorno por déficit de atención e hiperactividad.

También debe evaluarse la familia, la situación de los padres y el entorno social del niño para descartar otros problemas. Horarios irregulares de comida, estudio y sueño, ambientes ruidosos, hacinamiento, falta de supervisión por adultos y situaciones de falta de recursos pueden repercutir en el rendimiento escolar del niño. Otros problemas entre los padres como el abuso de alcohol o drogas, la violencia doméstica o el desempleo también tienen consecuencias serias sobre la estabilidad del niño y sobre su interés en su educación.

Una vez encontrada la causa del problema se establece un plan de tratamiento. Es imprescindible un seguimiento que incluirá información de los padres, del niño y también de los profesores, evaluando tanto las notas y el rendimiento escolar como el comportamiento en clase y con los compañeros para conseguir una total integración del niño en el colegio.

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