Gijón, 23/4/3 Los jóvenes crean un decálogo para evitar los conflictos ante la movidaEl presidente del Conseyu de la Mocedá presentará «en breve» el proyecto al Ayuntamiento y a los hostelerosLa asociación pretende implicar a todas las partesP. ALVEAR
Desde el Conseyu se insta, primero, a los propietarios de los bares de copas a que «garanticen la calidad de los productos que venden», además de que cumplan las normas de adecuación de los locales, como los sistemas de ventilación e insonorización y la existencia de salidas de emergencia. La organización juvenil explica que es su obligación «garantizar la seguridad de los locales con planes específicos para casos de emergencia». Para ello, es necesario, apunta, «evitar las masificaciones controlando el número de personas que como máximo puede acoger cada local». Además, pide que se acabe «con el consumo de bebidas en la calle, así como la posibilidad de sacar botellas y vasos». Respecto a los profesionales que se ocupan de la seguridad en los locales, éstos deben contar con «una formación específica en materia de resolución de conflictos de una forma no violenta». Con el fin de controlar la movida nocturna, Barro hace hincapié en la «importancia de potenciar los programas y actividades de ocio nocturno alternativo». En este sentido, el Conseyu cree que trabajar en programas de reducción de riesgos es esencial. No obstante, no deben estar encaminados exclusivamente a combatir el consumo de alcohol y drogas de síntesis, sino que los proyectos tienen que girar también en torno al «civismo y los derechos y deberes con los jóvenes usuarios». Para eso, se deberían poner en marcha programas «llevados a cabo por jóvenes desde una óptica de mediación juvenil». Campañas de concienciaOtra de las medidas que la organización cree necesario potenciar es «la creación de campañas de concienciación por parte de los diferentes organismos y entidades interesadas en solucionar los problemas de la movida nocturna», unas campañas que, una vez más, estarían dirigidas, no sólo a los jóvenes, sino también a hosteleros y afectados. Finalmente, el decálogo pone como broche la necesidad de «entender y conjugar el derecho de los vecinos al descanso y el de los jóvenes a disfrutar de su ocio», algo que podrá llevarse a cabo si «cada cual respeta los derechos de los demás». Para ello, indica, sería imprescindible poner remedio a los problemas de ruidos y limpieza.
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