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Málaga, 28/04/2001
La UE exige la elaboración de un mapa de ruidos para aeropuerto, estación y rondas.
Una directiva obliga a frenar la contaminación acústica en estas instalaciones antes de 2005.
El aeropuerto, la estación de Renfe y las rondas de circunvalación de Málaga tendrán que realizar un mapa de ruidos antes de 2005. Estos diagnósticos, que evaluarán la contaminación acústica de las carreteras, los aviones y los trenes de las ciudades con más tránsito en toda Europa tendrán como objetivo aminorar el impacto que estas actividades provocan en la salud de los ciudadanos.
Pilar R. Quirós/Málaga
Las grandes carreteras que soporten más de tres millones vehículos al año, como las rondas de Málaga; las grandes vías férreas que absorban 30.000 circulaciones al año, como la estación de Renfe en la capital; y los aeropuertos que tengan más de 50.000 operaciones al año como el aeródromo de Málaga tendrán que acometer un mapa de ruidos antes de 2005, según indica la directiva europea. Esto supondrá un gran esfuerzo de planificación y de inversión al que la UE dedicará ni más ni menos que 30 millones de euros (5.000 millones de pesetas). Así lo expuso ayer el presidente de una AECOR, Harald Aagesen, que ayer participó activamente en la mesa redonda 'El ruido en las ciudades', un ciclo de conferencias organizada por el Colegio de Ingenieros Industriales de Málaga para celebrar el 150.º aniversario de esta profesión.El aeropuerto de Málaga, que ya planea su segunda pista deberá, según la Comisión Europea, realizar un complejo estudio con aplicaciones prácticas para no hacer ensordecedora la vida de los vecinos de Churriana, Guadalmar y sus alrededores. Pantallas acústicas, planificación urbanística, aislamientos en los edificios y actuar incluso en la calzada de la nueva pista para amortiguar la contaminación acústica, según los consejos publicados en el Libro Verde.
En esta línea, el técnico de carreteras de la Junta Manuel Miranda explicó a los estudiantes de Ingeniería que el binomio neumático-pavimento y la contaminación acústica que genera está motivando una serie de estudios para realizar mezclas porosas en las carreteras, una capa de cuatro metros de espesor que absorbe los ruidos, pero sólo 3 decibelios. También existen otras medidas como las pantallas acústicas, utilizadas en las carreteras de circunvalación en Madrid, que son muy efectivas. Pero lo que más amortigua el ruido en las casas es, según Miranda, las ventanas dobles de cristal, que absorben de 30 a 40 decibelios de contaminación acústica. La directiva de la UE sobre evaluación y gestión del ruido ambiental muestra una especial preocupación por la salud, por lo que indica que sí, indica el ruido puede provocar efectos graves como la hipertensión, estrés, ataques cardiacos y lesiones auditivas que afectan a un porcentaje menor de la población.
Los ruidos, un tema de actualidad a raíz de las fuertes quejas de los vecinos del centro de Málaga, afecta a un 25 por ciento de la población europea, de los que el 10 por ciento tiene perturbaciones y graves problemas con el sueño, según Aagesen. A colación, los estudiantes se mostraron sumamente interesados por las actuaciones del Ayuntamiento para paliar el ruido, y criticaron que éste no aplicase de forma práctica la cartografía acústica de la ciudad. El acto estuvo presidido por el profesor Alfonso Corz, y en él participaron también el ingeniero técnico Manuel Rejano, y el técnico del Ayuntamiento José Guevara.
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