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Zaragoza, 28/04/2001
El Ayuntamiento reducirá los niveles de ruido.
El Pleno municipal dio ayer el primer paso para aplicar en breve una nueva normativa contra el ruido, que reduce los niveles máximos permitidos y endurece las sanciones. La ordenanza fue aprobada inicialmente por unanimidad
S. R. Zaragoza
Tal y como estaba previsto, el Pleno del Ayuntamiento aprobó ayer inicialmente la nueva ordenanza contra el ruido, que supone un endurecimiento de las sanciones y una reducción en los niveles máximos permitidos, tanto en la calle como en el interior de los edificios, especialmente, en bares.Todos los grupos municipales respaldaron el texto inicial de la normativa, elaborada por la «mesa del ruido», grupo de trabajo formado por el Ayuntamiento, entidades vecinales y responsables de bares y zonas de ocio. El documento saldrá ahora a exposición pública durante el mes de mayo, para que todo aquel que lo considere presente alegaciones. Una vez resueltas éstas, el objetivo es aprobar definitivamente la nueva ordenanza en el Pleno de ese mismo mes. De este modo, la normativa entraría en vigor a partir de junio de este año.
La nueva ordenanza contra el ruido replantea los criterios exigidos en la vigente hasta la fecha, que data de 1986. En primer lugar, apuesta por una reducción de los niveles máximos de ruidos que cualquier actividad pueda causar en el interior de las viviendas o edificios habitados. Como norma general, este tope quedará fijado en 40 decibelios durante el día (frente a los 45 actuales) y 27 (ahora 30) por la noche.
La normativa presta especial atención a los problemas y molestias ocasionados por los discobares. Además de establecer la exigencia de un doble puerta de acceso y contemplar la posible instalación de limitadores en los equipos musicales, la ordenanza regula el impacto acústico en el exterior. Con carácter general, ninguna actividad podrá generar fuera de su ámbito ruidos que superen los 65 decibelios durante el día y los 55 en horario nocturno.
Asimismo, establece distintos grados de protección y aislamiento acústico en función de las características y el régimen horario de los distintos locales. En todos será obligatorio un aislamiento interior mínimo de 50 decibelios durante el día. El nivel de exigencia aumenta hasta 55 decibelios con actividad nocturna, de tal manera que el volumen transmitido no pueda rebasar en ningún momento los 27 decibelios.
La nueva normativa contempla también medidas de control y sanciones para los vehículos que causen ruidos superiores a los establecidos en las fichas de homologación de sus motores. Con este fin, la Policía Local realizará mediciones acústicas y podrá requerir correcciones técnicas que, en caso de incumplimiento, darán lugar a sanciones e, incluso, a la inmovilización del vehículo.
Hasta 300.000 pesetas
El incumplimiento de cualquiera de estas limitaciones podrá ser sancionado con cantidades que llegarán alcanzar hasta las 300.000 pesetas. La ordenanza establece tres tipos de infracciones: leves (hasta 25.000 pesetas), graves (hasta 150.000 pesetas) y muy graves (entre 150.000 y 300.000 pesetas). A pesar de que la nueva ordenanza se aprobó inicialmente con el respaldo de todos los grupos municipales, el de CHA advirtió que presentará algunas alegaciones, «sólo con el objetivo de mejorar algunos puntos concretos, ya que el texto original nos parece en general bastante aceptable», explicó el edil Luis Pastor.Por su parte, el teniente de alcalde de Participación Ciudadana y coordinador de los trabajos realizados por la «mesa del ruido», Octavio López, destacó el «interés y buen clima de colaboración alcanzado entre todos los integrantes, lo que nos ha permitido impulsar finalmente un instrumento serio de control del ruido».
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