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San Sebastián, 26/04/2001
Batalla contra el ruido
La manipulación de los tubos de escape de las motos es la razón principal del atronador ruido con el que muchas de ellas ensordecen la ciudad. Las quejas de ciudadanos anónimos son constantes, aunque son todavía más los que aguantan pacientemente a que el terremoto pase y se pierda por la siguiente calle
AMAIA CHICOEl problema viene de largo y, aunque desde 1990 existía una normativa para regular estos abusos, su «ineficacia y su falta de aplicación», como aseguran algunos ciudadanos, ha provocado que el pasado mes de enero se aprobara otra normativa que contempla, entre otras medidas, el control in situ de los decibelios que algunos motoristas exhiben orgullosos.
La normativa no sólo se refiere a las motos y el uso del escape libre, sino también a establecimientos hosteleros u obras, pero algunas de las medidas más llamativas fueron en su momento las que se referían al endurecimiento de las sanciones para los motoristas.
El estruendo que originan algunos de estos vehículos está muchas veces provocado por los propios conductores, que manipulan a propósito los tubos de escape de sus ciclomotores para «llamar la atención o simplemente para demostrar que poseen una máquina potente», indican algunos miembros de la Red Ciudadana contra el Ruido. «Parece que algunos disfrutan molestando al resto de ciudadanos o no saben lo molestas que son este tipo de costumbres».
Comienza el control
Estas denuncias tuvieron el miércoles su principal apoyo, con la celebración del Día Internacional sin Ruidos. Desde el Ayuntamiento, han comenzado ya a trabajar para controlar este problema y sancionar a los infractores.El concejal de Tráfico, Ernesto Gasco (PSE-EE), indica que «los controles se iniciaron hace diez días y desde entonces se han realizado 220 mediciones de ruido en los lugares seleccionados. De ellos, tres han resultado positivos». La nueva ordenanza para controlar los decibelios de las motos fue aprobada el pasado 18 de enero y sustituye a una anterior que data de 1990 y que, según José Erauskin, miembro de la Red Ciudadana contra el Ruido, «no se ha ejecutado nunca, ni se ha impuesto ningún tipo de sanción a los conductores de estos vehículos durante su vigencia».
El concejal socialista explica que «aunque la nueva normativa se aprobó hace unos meses, no se ha podido poner en marcha el dispositivo hasta ahora, porque primero era necesario seleccionar los espacios de la vía pública óptimos para realizar estos controles preventivos». Los agentes de la Guardia Municipal son los encargados de efectuar esta tarea mediante un sofisticado aparato de medición llamado sonómetro.
Sólo en ciclomotores
Estos controles, que son pioneros en el País Vasco, pretenden disminuir los índices de contaminación acústica que se sufren en todas las ciudades y concienciar a los motoristas de que no manipulen sus vehículos. Por ahora, según explica Gasco, «sólo se están realizando controles a los ciclomotores, ya que es muy difícil que las motocicletas presenten problemas de ruidos porque están obligadas a pasar la Inspección Técnica del Vehículo (ITV) y, como es lógico, en ella se habrían detectado las manipulaciones».La nueva ordenanza permite un máximo de 92 decibelios de ruido.
«Si se sobrepasa esta cantidad en 6 decibelios indica el edil- se establece un plazo de 15 días para que el infractor subsane el problema de su ciclomotor y se le impone una multa, que se le retirará si en ese plazo se presenta con el vehículo en buenas condiciones».Si el vehículo detectado por la Guardia Municipal supera los 98 decibelios, el plazo de arreglo para subsanar el problema se reduce a 10 días y además se procede a la retirada del permiso de circulación, una novedad introducida en la nueva ordenanza. «Los infractores deberán, en este caso, acudir a recoger su permiso con un papel del taller que certifique el arreglo del vehículo», señala el concejal de Tráfico.
Las sanciones que establece la nueva ordenanza por infracción de ruido pueden alcanzar como máximo las 50.000 pesetas y, como indica el concejal de Tráfico, «si el infractor es reincidente o circula sin el permiso de circulación necesario, la sanción puede llegar hasta la inmovilización del vehículo». Esta sanción también es otra de las novedades que introdujo la normativa que entró en vigor el pasado enero y con la que se pretende intensificar el control.
Más de 11.000 motos
El parque de motocicletas y ciclomotores de San Sebastián supera los 11.000 vehículos y la tendencia, tanto por la afición a este vehículo como por los problemas de aparcamiento que existen en la ciudad, es que siga aumentando. Desde la Red Ciudadana contra el Ruido aseguran que «nuestra lucha particular no es contra las motos, sino contra algunos conductores que manipulan a propósito los tubos de escape sólo para molestar y que son los que provocan los verdaderos problemas de contaminación acústica». Según asegura uno de los portavoces de esta asociación, José Erauskin, «es insoportable tener que escuchar durante las 24 horas del día un ruido demencial, que a veces no deja ni oír ni la televisión, ni concentrarte».Campañas
La Red contra el Ruido pide esfuerzos de sensibilización hacia esta materia. «Creemos que hasta ahora no se ha aplicado ningún tipo de normativa y que sería necesario realizar una campaña, como se hizo en su día con la utilización del casco, para que algunos conductores de moto se den cuenta de que están contaminando el ambiente con el ruido y que lo único que hacen es perjudicar al resto de la ciudadanía». A pesar del respeto a la nueva normativa «más restrictiva», desde este colectivo no confían en la voluntad de las autoridades municipales para aplicar la norma con rigidez.«Si imponen una sanción a un conductor infractor no deberían quitársela, aunque a los 10 días haya corregido el problema. Así, su actitud no cambiará si no se le conciencia de las molestias que causa», asegura Erauskin.
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