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Sevilla, 30/4/2000
Una invasión pacífica, pero ruidosa
Sesenta mil motos, a cuyos lomos llegan noventa mil «moteros», conquistan desde el jueves Jerez, Chipiona y El Puerto de Santa María en un invasión que terminará de consumarse hoy. Noventa mil motoristas que paralizan toda la zona con su pacífica invasión, que se extiende por hoteles, restaurantes, «pubs» y bares donde la multitud de motos aparcadas es un espectáculo visual, un «show» que tiene su segunda parte con unas demostraciones que no por prohibidas por las fuerzas del orden han dejado de realizarse, aunque con menos peligro que antaño.Los «moteros» forman un mundo que se conoce por vestimentas y comportamientos. «Van con casco y sin pañuelo, son los portugueses», señala Juanjo Díaz, un «motero» de Brihuega que nunca falta a esta cita. «Incluso ponen las matrículas dobladas para que no les multen por foto -dice su mujer, Cristina Martín-, aunque les multan cuando les pillan parados». Carlos Seara, un motorista que vive en Zaragoza, aduce que «los españoles siempre llevamos el casco, cumplimos mejor las reglas». Su mujer, María del Mar Beltrán, al igual que Cristina, va de «paquete». Se toman un «nolotil» para «aguantar ahí atrás tantos kilómetros». Jerez, El Puerto y Chipiona se paralizan con esta «conquista». Los chavales disfrutan viendo pasar tanta máquina soñada e incitan a que se hagan «caballitos». Los mejores lugares de observación están copados de jóvenes y menos jóvenes que dedican estos días a presenciar el espectáculo desde unas tribunas callejeras en las que hay que coger sitio.
NO TODOS DISFRUTAN
Hay habitantes de la zona que disfrutan menos. Al revés, están que trinan porque se les impide aparcar y circular con sus coches por diversas áreas de Jerez y El Puerto de «Santa Movida». Hay protestas, pero la Policía realiza estos cortes para controlar a los «moteros» «con malas cabezas», como les llama Juanjo Díaz.En Jerez se ha cortado el tráfico desde la Plaza del Caballo hasta la intersección con las avenidas del Ejército y José León de Carrera, a fin de instalar el escenario de los conciertos que se celebraron anoche, con el grupo «Melón Diesel» como principal atracción. Una medida para distraer a los motoristas y evitar que se pasen la noche con exhibiciones de insomnio.
En el otro extremo de esa avenida cortada en Jerez se instalará la famosa «jaula», una zona sita entre el Hotel Avenida y el Royal Sherry Park a la que sólo se podrá entrar con moto, con casco y sin pasajero.
La Policía intenta anular los intentos de exhibiciones de «moteros» en la plaza jerezana de Mamelón, habitual sede de fantasmas de la moto en cuyo lugar se ha sufrido más de un accidente.
En El Puerto de Santa María se ha cerrado su casco histórico para los coches, con el consiguiente enfado vecinal. Se han instalado 54 badenes provisionales en la ciudad, todo un calvario para los conductores... pero no ha habido accidentes y jaleo y, desde el punto de vista policial, de eso se trata. También se han cortado los accesos a los automóviles por Pozos Dulces y La Ribera queda solamente abierta para las motos. La Policía impidió que los «motards» hicieran exhibiciones suicidas en la Avenida Micaela Aramburu, otrora sede de esos «locos del riesgo».
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