Bilbao, 14/4/2000 80.000 bilbaínos conviven con un nivel de ruido de alto riesgo para su saludLos vecinos señalan a las motos y al camión de la basura como los focos sonoros más molestos, según desvela el mapa acústico de la capital vizcaínajosé mari reviriego bilbaoLa Organización de Cooperación y Desarrollo Económico tiene archivados los ruidos en tres categorías. Uno es el molesto, que oscila entre 55 y 60 decibelios. Con cinco puntos más, la molestia se incrementa «de forma considerable». Si el nivel acústico supera los 65, el afectado soporta «síntomas de daño serio». Estas tasas, que constituyen un riesgo para la salud, conviven a diario con 80.000 vecinos de Bilbao. Parte de ellos reside en el acceso de la A -8 por Sabino Arana, donde la contaminación sonora desatada por el tráfico ronda los 75 decibelios. Éstas son algunas conclusiones del mapa acústico de la capital vizcaína, un informe elaborado por Labein para el Ayuntamiento. La ingeniería presentó ayer esta ra diografía del ruido en el marco de las jornadas 'Hacia un Bilbao sostenible' celebradas en el Palacio Euskalduna. Concebido como un medio de prevención, el mapa desvela que uno de cada cuatro vecinos está sometido a niveles sonoros superiores a los autorizados. En una jornada festiva por el día, el 24% de la población (82.000 habitantes) debe aguantar más de 65 decibelios. Por la noche, el censo afectado es del 19%. «Serios daños» En días de labor, el 30% de los bilbaínos sienten cómo se rompe la barrera del sonido tolerable. De noche, estos índices extremos llegan a los oídos del 9% de Bilbao. La radiografía muestra una capital que no está entre las más bulliciosas de Europa, pero que tampoco se queda callada. En los niveles sonoros que provocan «se rios daños», se sitúa en vanguardia, aunque superada por la media española -la mitad de la población está expuesta a ruidos por encima de 65 decibelios-. En cualquier caso, el ruido es «subjetivo», explican los autores del informe. No es lo mismo el sonido que escucha alguien que baila en una discoteca -cerca de 100 decibelios-, que el 'run-run' de 30 ó 40 decibelios que llega al vecino que intenta dormir en una vivienda contigua. Ni el 'petardeo' que suelta un ciclomotor ocupado por un feliz motorista por Sabino Arana mientras los residentes soportan junto a sus ventanas tasas de más de 75 decibelios, según mediciones municipales. En lo que sí coinciden los bilbaínos es en identificar las fuentes más molestas. Como en toda gran ciudad, el tráfico ocupa el primer lugar. Dentro de él, las motos despiertan una especial inquina, al igual que el camión de la basura. Con «un impacto significativo» se sitúan las industrias, las obras, el ambiente de copas nocturno y las sirenas de los equipos de emergencia. En líneas generales, los barrios más afectados por el ruido son Deusto, Abando y Basurto. En los tres casos, el tráfico es el culpable. Por este motivo, Otxarkoaga-Txurdinaga y sus zonas verdes son como un remanso de paz. Porque el ruido es un riesgo para la salud. Tras estudiar su impacto en tres centros sanitarios y en cuatro educativos, los autores del informe han constatado que la polución acústica altera el aprendizaje de los estudiantes e incide en el descanso del paciente, «disminuyendo la eficacia de los tratamientos».
Contra el ruido
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