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Málaga, 2/4/2000

Una noche movida

Más de 20.000 jóvenes organizan 'botellones' cada fin de semana en las principales plazas del centro de la capital

A. Javier López/Málaga
Los sábados por la noche, las calles más antiguas de la capital las toman los más jóvenes. Muchos de ellos deciden comprar y beber alcohol en mitad de las plazas del centro. El alto precio de las consumiciones y la falta de espacio en los bares son sus argumentos.

Con la generación de los 'botellones'. Cada noche de sábado, las calles más antiguas de la capital se llenan con los más jóvenes buscando algo de diversión... y bebida. Tienen entre 16 y 20 años, en su mayoría son estudiantes y su poder adquisitivo para las noches de 'marcha' no supera las tres mil pesetas. Ante la falta de dinero optan por adquirir las bebidas alcohólicas fuera de los bares de moda y se toman la primera, la segunda y la tercera copa al aire libre y a la vista de todos. Son el escaparate de la 'movida' malagueña.

Las plazas de la Merced, San Pedro de Alcántara y San Francisco constituyen los tres lugares preferidos por los adolescentes para organizar sus 'botellones'. Calculando que dos jóvenes ocupen cada metro cuadrado, sólo en estos tres recintos se congregan más de 20.000 chicos y chicas durante las noches de 'movida'. Para muchos, la imagen de estos tres lugares en las noches de sábado constituye una prueba flagrante del consumo abusivo de alcohol entre los adolescentes.

Esta misma conclusión alcanza el último estudio del Comisionado para la Droga de la Junta de Andalucía, que defiende un cambio en los patrones de consumo definido por un incremento en la ingesta de alcohol entre los más jóvenes, «que a un plazo medio podría producir un incremento en las prevalencias de los consumidores abusivos», en palabras del citado informe. 'Los andaluces ante las drogas' también sostiene que más de la mitad de los chicos y chicas de 14 y 15 años ya se ha iniciado en sus primeras copas, algo que enlaza con la estimación que sitúa a la franja más bebedora entre los 21 y los 34 años.

Además, el informe arroja un dato revelador: los jóvenes «abusivos» consumen entre viernes y domingo la misma cantidad de alcohol que los bebedores de más edad durante el resto de la semana. Sin embargo, los protagonistas de esta tendencia que se ha convertido en una forma de entender el ocio nocturno reducen la polémica a una cuestión de tiempo, espacio y, por supuesto, dinero. «Es más fácil de lo que parece: puedes tomarte un 'cubata' en un local después de esperar un rato apretado entre mucha gente y pagar 600 pesetas; o puedes juntarte con varios amigos, poner cien duros y beberte tres o cuatro copas sentado en un banco al fresco». Son palabras de María, una estudiante de 16 años que reconoce no salir todos los fines de semana ni beber «más de la cuenta».

Para intentar erradicar estos hábitos, los dueños de los bares del centro pusieron en marcha hace unos años la 'hora feliz', es decir, de once a una todas las copas valen casi la mitad de lo que se pagará por ellas a partir de ese momento. Pedro Marín, propietario de tres locales de moda en el casco antiguo, apunta hacia los establecimientos que facilitan bebidas alcohólicas durante las noches de fin de semana: «Estas tiendas venden alcohol de mala calidad y pagan menos impuestos que los bares. Alguno de estos chicos ya llegan borrachos a nuestros locales y causan problemas», afirma este veterano de la noche malagueña, que recuerda los tiempos en que la 'movida' se vivía en las calles de El Palo, hasta que poco a poco -y pasando por Pedregalejo- se desplazó al centro de la capital.

Porque los 'botellones' y, por extensión, la 'movida' no son exclusivos de la parte histórica de la ciudad. Ahí están las discotecas de la barriada de Santa Paula o los bares repartidos entre Huelin y Los Guindos. Sin embargo, los propietarios de estos locales reconocen que su público se suele limitar a los propios vecinos. «En algunos casos son todavía muy jóvenes para ir y venir solos al centro y deciden acercarse a los locales que tienen a la vuelta de la esquina», afirma el dueño de uno de estos bares próximos a la playa de La Misericordia.

Pero la 'movida' malagueña se manifiesta en todo su esplendor por la calles del centro. Pese a la gran afluencia de gente que cada fin de semana ocupa la parte antigua de la ciudad, las autoridades municipales reiteran que las noches de 'marcha' en Málaga no son especialmente problemáticas, comparadas con otras ciudades andaluzas. Para seguir registrando esta normalidad, la Brigada de Seguridad Ciudadana (BSG), en colaboración con la Comisaría que regula este sector, despliega cada fin de semana la 'Operación Centro'. Por ejemplo, durante esta pasada madrugada, una unidad de intervención policial y doce agentes de la BSG patrullaron por el casco antiguo. Además, la 'Operación Centro' contempla varios agentes vestidos de paisano que cada noche de fin de semana se introducen en los lugares más frecuentados para destapar posibles casos de tráfico de drogas, sin descartar intervenciones en caso de producirse algún altercado.

Así, la noche malagueña no parece especialmente violenta; muy al contrario, la 'movida' deja impreso su sello en el casco antiguo mediante un reguero interminable de papeles, bolsas, vasos y botellas vacías que aparecen desperdigadas cada mañana de domingo. Luego llega el dispositivo de Limasa para restablecer la imagen habitual del centro. A las seis de la mañana, coinciden los jóvenes más resistentes, los primeros vecinos del centro que intentan aprovechar el domingo y los operarios municipales con sus mangueras y sus monos color naranja. Recogen los mismos desperdicios que se encontrarán en los mismos lugares la semana siguiente.

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