'Movida' vecinal: ¿Se puede apagar el fuego con fuego?

Los abajo firmantes, vecinos de la urbanización Jardín de la Reina, le remitimos el presente escrito con el deseo de que lo publique en su periódico y poder intervenir así en el debate que la ciudadanía de Granada mantiene en las últimas semanas acerca de la llamada movida juvenil y mostrar nuestra posición frente al acto de protesta que en la noche del viernes efectuaron unos vecinos de Granada, afectados gravemente por los efectos de la movida, ante la puerta de nuestro edificio en el que habita don José Moratalla, alcalde de Granada, vecino de esta casa desde hace veinte años.

Vaya por delante que en una sociedad democrática los ciudadanos, dentro de los margenes establecidos por la ley, tienen derecho a manifestarse y a protestar en contra de lo que atente a sus legítimos intereses. En este sentido, que un grupo de vecinos de la zona de Gran Capitán se muestren en desacuerdo contra la movida y sus efectos nos resulta comprensible y necesario. Ahora bien, protestar contra el botellón organizando otro botellón es como acudir a sofocar un incendio con fuego. La razón que les asiste pierde crédito al proceder de este modo, máxime si algunas de estas personas se acompañan de niños, como ocurrió en el día de ayer, bebiendo y rompiendo botellas y vasos contra el suelo.

El problema de la movida no es sólo un problema municipal. El problema de la movida es un complejo problema social, en el que cada una de las instancias sociales tiene su responsabilidad: desde las familias hasta el sistema social de consumismo, pasando por educadores y autoridades políticas. Que los jóvenes se tiren a la calle a beber no es responsabilidad de un alcalde ni de una corporación ni de unos padres. Es un problema colectivo que debe ser abordado desde distintos frentes. En este sentido, personalizar una protesta en una persona física, José Moratalla, que antes que alcalde ha sido y es un vecino excelente, nos parece reductor, aparte de una manera inadecuada de orientar una legítima protesta. Como conocemos por hechos y no palabras el talante humano de nuestro vecino y sabemos que es antes que nada el alcalde de todos los granadinos, no comprendemos la ira mostrada en la noche de ayer por parte de algunos de los asistentes en contra de esta persona y de la autoridad legítima que representa. En su mano está sólo una parte de la solución al problema. El resto de la sociedad tiene que afrontarlo hasta lograr conjugar los distintos derechos en pugna. Pero no acudan, convecinos de Granada, a apagar el fuego con fuego, pues lo único que pueden provocar es un incendio aún mayor, aparte de las imágenes impactantes reproducidas por los medios.

Reciba un cordial saludo.

Mercedes Hernández Pérez de la Blanca y 87 firmas más. Granada.

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