 |
   
|
Tenerife, 2/4/2000
Mucho ruido y pocas leyes
DEBATE Los expertos afirman que no se aplican las normativas para acabar con la contaminación acústica de la IslaSanta Cruz padece exceso de decibelios durante el día y, en algunas zonas, también de noche
SANTA CRUZ DE TENERIFE.
El ruido es un sonido molesto y no deseado que debemos evitar por todos los medios. Pero es difícil y costoso. La propia configuración de la sociedad y el estilo de vida han provocado un aumento de los decibelios en el trabajo, en casa, en la ciudad, en el campo, de día, de noche... Nadie se libra de una de las contaminaciones que más afectan al organismo: la acústica. De hecho, la exposición continuada al ruido produce la pérdida progresiva de la capacidad auditiva.¿Existen leyes que lo regulen? ¿Se cumplen las normativas? La mejor solución que se puede ofrecer hoy en día consiste en incorporar un estudio de niveles acústicos a la planificación urbanística, con el fin de crear «islas sonoras»; es decir, espacios con el menor ruido posible. Otra posibilidad consiste en insonorizar los edificios próximos a los «puntos negros» de contaminación acústica, pero ello conlleva un coste elevadísimo.
De momento, parece más eficaz adoptar medidas preventivas, ya que son más rentables, económica y socialmente. Además, sería necesario potenciar campañas de educación medioambiental, para que todos contribuyan y exijan una disminución de los niveles de ruido.
¿Qué opinan los expertos que asistieron al debate de EL DIA sobre todas estas cuestiones?
Violeta Yanes, en representación de los vecinos - verdaderos sufridores del problema - , afirma que no existe una legislación clara contra la contaminación acústica y subraya que, si la hay, no se cumple. Yanes se quejó amargamente de los ruidos producidos por las murgas en calle de La Noria, en Santa Cruz de Tenerife, y mostró su deseo de que no se convierta ésta en una zona de tascas, como ha propuesto el alcalde, y que no sigan proliferando las fiestas nocturnas.
Negocios nocturnos
José Antonio Santana, en representación de la Fecao, reconoció que los negocios nocturnos molestan, pero hizo hincapié en que si los ayuntamientos tuvieran interés, el problema se solucionaría.Centrándose en los ruidos de la noche, Santana manifestó que sí existen leyes que regulan la contaminación acústica, aunque no se aplican «porque se ignora la realidad de la calle».
No obstante, considera que existe una solución: sentarse en la misma mesa a negociar el Gobierno, los vecinos y la patronal del ocio nocturno.
Santana fue crítico con los responsables municipales por arremeter contra el empresario «y no hacer nada con los cochesdiscoteca y otros problemas que afectan a la Capital y a otros municipios de la Isla».
El profesor Carmelo Militello, que piensa que el problema del ruido es consecuencia de nuestra forma de vida actual, afirmó que existe un vacío legal y que Santa Cruz supera los niveles de decibelios permitidos.
En cuanto a la construcción, abogó por mejorar los materiales, que, en el caso de Canarias y según su opinión, no son los deseables en comparación con los de la Península.
Se refirió a las Normas Básicas de la Edificación (NBE), que han supuesto un intento serio, por primera vez, para mejorar estas cuestiones, y abogó por efectuar encuestas en las zonas para cuantificar los ruidos.
Militello sacó a colación otras dos cuestiones. Por una parte, los problemas que supone el aumento de la actividad en el aeropuerto de Los Rodeos, una vez que han edificado en las cercanías, y, por otra, la posibilidad de sustituir las taladradoras por cargas explosivas controladas a la hora de alisamientos de terrenos.
Sordera
El doctor Juan Antonio Saavedra, especialista en Otorrinolaringología, indicó que el problema del ruido es de educación y se quejó de que no haya habido una campaña seria para luchar contra la contaminación acústica.Aseguró que Santa Cruz «es ruidosa, sobre todo en horas intempestivas», que vive «de fiesta en fiesta» y, sin embargo, no se multa a nadie.
Desde el punto de vista médico, dijo que el ruido continuado puede crear sordera, estrés, distracción en el trabajo, alteraciones de la tensión arterial, sueño incómodo y otros muchos problemas.
Además, a nivel familiar y social, interfiere en la comunicación entre las personas. Tampoco se olvidó de los adolescentes que usan los «walkman», que son muy peligrosos por «atacar» directamente los tímpanos.
Ricardo Pastrana, técnico municipal, fue el encargado de responder a todas las críticas vertidas durante el debate. Además de anunciar que se está elaborando una normativa que sustituirá a la vigente, redactada en 1995, subrayó que sí se castiga la contaminación acústica y puso como ejemplo de ello los expedientes de infracción incoados a empresas por molestias con el aire acondicionado, a las industrias y a ciertos locales comerciales.
En cuanto al problema de las obras, Pastrana dijo que no se cumplen los límites por cuestiones técnicas.
En definitiva, cada interviniente tiene su parte de razón y hay posibilidad de solución: sentándose a negociar.
Más noticias de este mes | Último mes | Índice general de noticias
Página principal de las asociaciones contra el ruido