Granada, 30/05/03 Los adolescentes granadinos pierden audiciónJ. R. V.Los facultativos que atienden las consultas de Otorrinolaringología reciben cada año a más pacientes con problemas de baja audición. No es casualidad, si apoyamos este hecho en que Granada es la segunda ciudad más ruidosa de Andalucía, después de la Línea de la Concepción, tal y como constata el último estudio elaborado por la Consejería de Medio Ambiente.El jefe del servicio de Otorrino del Virgen de las Nieves, José Salinero, declaró a este periódico que de las 28.000 personas atendidas en un año no sabe bien cuántas ligan sus problemas de baja audición al ruido ambiental, «porque esta patología está mezclada con otras», pero sí que «cada vez acuden más pacientes con este problema», muy común en zonas urbanas. El ruido también es un factor de riesgo para la salud de los niños y repercute negativamente en su aprendizaje. Educados en un ambiente ruidoso se convierten en menos atentos a las señales acústicas, y sufren perturbaciones en su capacidad de escuchar y un retraso en el aprendizaje de la lectura. Dificulta la comunicación verbal, favoreciendo el aislamiento, la insociabilidad y además aumenta el riesgo de sufrir estrés. De hecho, el deterioro auditivo por culpa del ruido resulta lento y progresivo. Por eso, los problemas acumulados desde la niñez suelen manifestarse con más facilidad en la adolescencia. La mayor parte de los enfermos con patologías relacionadas con la baja audición, atendidos en las consultas de Otorrino , «son adolescentes», según Salinero. El descenso de la percepción auditiva influye de forma directa en el ánimo y desarrollo psicomotor del individuo, debido a la conexión del oído con el cerebro. La mejor medida preventiva para evitar este problema de ruidos es conseguir un ambiente menos ruidoso, dice Salinero.
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