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Mérida, 31/3/2003

Irán al juzgado para frenar los ruidos

Recogidas 2.000 firmas contra el exceso de ruidos
Presentan un contencioso contra el Ayuntamiento por permisividad
Los dueños de locales nocturnos inician una recogida de firmas
PABLO SÁNCHEZ

Hartos, están hartos. Dicen que ya se han cansado de ir cada semana a la ventanilla del Ayuntamiento para poner una denuncia de este pub, una queja por los ruidos de aquel otro o una reclamación por el ruido infernal de una noche de botellón. Ahora, dicen, están ultimando los papeles para llevar sus denuncias por los juzgados, una vía que está dando la razón a colectivos vecinales de diversas zonas del país en su lucha por conseguir algo tan preciado como el silencio.

En los últimos tiempos, hay juzgados que han comenzado a tomar muy en serio este tipo de denuncias y están imponiendo duras sanciones económicas e incluso penas de cárcel a los causantes de ruidos que afecten seriamente a colectivos vecinales.

«En 1999 comenzamos a presentar denuncias en el Ayuntamiento contra los ruidos que se producían sobre todo en los bares de la calle Lennon; desde entonces para acá hemos presentado cientos de denuncias, pero nos hemos dado cuenta de que sirven de muy poco, de que se han aprovechado de nuestra buena voluntad para no hacer nada. No nos han dejado más remedio que acudir a los tribunales. Creo que en los primeros días de este mes de abril ya tendremos lista toda la documentación para presentar una denuncia en los tribunales», explica Maribel Fernández, vecina de la calle Lennon, pionera en la lucha contra la contaminación acústica y presidenta de la Asociación Emeritense en Defensa por los Afectados por los Ruidos (AEDAR).

Oídos que sufren

La asociación AEDAR está tratando de que las casas y las calles de Mérida sean un poco menos ruidosas, especialmente durante las noches. Todos los expertos reconocen ya los serios problemas que puede ocasionar una exposición prolongada al ruido y los miembros de AEDAR han sufrido en sus carnes, sobre todo en sus oídos, esos inconvenientes. «Hace algo menos de un año, los estudiantes de la Escuela de Enfermería estuvieron haciendo un trabajo sobre los ruidos de los pubes de Mérida y su influencia en el oído. Nos dijeron que habían medido en varios pubes de Mérida una potencia de hasta 107 decibelios, cuando el máximo autorizado no debía de pasar de 70; luego, cuando nos reconocieron a nosotros comprobaron que muchos vecinos que vivíamos cerca de esos establecimientos habíamos perdido capacidad auditiva», explica Fernández.

Al contencioso

Una vez que han comprobado hasta la saciedad que los ruidos son nocivos para sus familias y tras numerosas denuncias en el Ayuntamiento, AEDAR va a dar esta semana un salto cualitativo en su lucha por el silencio, van a interponer un recurso contencioso administrativo ante el Ayuntamiento de Mérida por considerar que la administración local mantiene una actitud de permisividad ante los ruidos provocados por bares, discotecas o por el botellón.

El letrado que se ha hecho cargo de este recurso ya tiene practicamente ultimada toda la documentación y en el seno de la asociación se espera que la denuncia se lleve a cabo en esta misma semana.

Esa denuncia de la asociación vecinal anti-ruidos puede coincidir en el tiempo con la reforma del recinto ferial que prepara el Ayuntamiento para acoger el botellón. En este sentido, el alcalde Pedro Acedo afirmaba la pasada semana que ese traslado del botellón podría paliar en buena medida el ruido y las molestias, y afirmó que los jóvenes dispondrán de un «aparcamiento enorme, calles asfaltadas, iluminación, aseos portátiles, y contenedores».

Ampliación de horarios

Mientras que vecinos, jóvenes y bares están a la espera de ver cómo evoluciona ese inminente cambio del botellón, un nuevo conflicto ha vuelto a hacer saltar la chispa entre la asociación anti-ruidos AEDAR, el Ayuntamiento y los propietarios de los bares de copas.

A la asociación anti-ruidos no le ha hecho la menor gracia la petición de los bares de que se amplíe una hora el horario de cierre. «Las leyes se hacen desde el parlamento, no desde las tabernas, esas peticiones que están haciendo creo que son papel mojado porque las leyes están para que sean cumplidas», indica la presidenta de AEDAR, al tiempo que indica que su asociación tiene concertada unas entrevista con el presidente regional del PP Carlos Floriano para exponerles las dificultades que encuentran en su intento porque los domicilios particulares no sean violados por los ruidos. «No vamos a transigir con que se les de una hora más a esos locales que están en el centro urbano y causan problemas a los vecinos», afirma Fernández.

El alcalde Acedo tiene otra visión sobre esta polémica: «Algunos jóvenes están molestos con este alcalde por los horarios de cierre, y el Ayuntamiento no tiene ninguna competencia ». También dijo que los afectados por los ruidos están «en su derecho de denunciar, pero el Ayuntamiento lo que quiere es lo mejor para la mayoría de los vecinos».

Más firmas

Y en este clima de notables discrepancias, recogida de firmas y cruce de acusaciones, los propietarios de los locales nocturnos también se han puesto este fin de semana manos a la obra para recoger firmas en defensa de ampliar una hora el cierre de sus establecimientos. Quieren que al menos hasta las cuatro en los pubes y hasta las siete de la mañana en discotecas haya licencia parar tener abiertos esos locales. Según Antonio Mateo Rodríguez Arias, fiscal jefe de Badajoz, el tanto por ciento de demandas penales presentadas en Badajoz por un presunto delito contra el medio ambiente en su modalidad de contaminación acústica «es bajísimo». Por lo general, las personas que se sienten perjudicadas por este tipo de cuestiones suelen utilizar más la vía administrativa que la judicial. En este último año, por ejemplo, sólo se han iniciado tres o cuatro procedimientos y, además, sólo ha prosperado uno.

No obstante, para él, la sentencia que acaba de hacer pública el Tribunal Supremo -la cual ratifica la pena de dos años y tres meses de prisión impuesta en noviembre de 2000 por la Audiencia Provincial de Palencia al propietario de una sala de fiestas por un delito contra el medio ambiente en su modalidad de contaminación acústica-, puede hacer cambiar esta tendencia y animar a la gente a acudir a la vía penal a partir de ahora cuando se vean perjudicados.

Este delito es relativamente nuevo. Se incorporó en el Código Penal de 1995 y hay muchas personas que desconocen que pueden ir por esta vía si verdaderamente consideran que se está produciendo una molestia que le afecta gravemente a su salud.

Hay que tener en cuenta, dice Antonio Mateo, la cultura del ruido que existe en España, país tolerante con este fenómeno, lo que hace que determinadas cuestiones 'insoportables' por los sufridores sean consideradas 'normales' por el resto.

Entiende que las cuestiones relativas al ruido cuesta mucho demostrarlas: «una actividad concreta, sea la que sea, no sólo tienen que estar produciendo molestias a una persona en su domicilio, es que ésta tiene que estar afectándole gravemente a la salud». Para demostrarlo hay que realizar muchas pruebas periciales, lo que conlleva iniciar un proceso largo y costoso desde el punto de vista económico, lo que desanima a los posibles perjudicados. Durante estos días los vecinos de Mérida tienen a su alcance la posibilidad de firmar para exigir una ciudad más respetuosa con los ruidos y también pueden firmar un escrito en el que se pide una hora más para bares de copas y discotecas.

¿Es una carrera a ver quién logra más firmas, más apoyo popular? En principio, no parece que esa la intención de unos y otros pero es evidente que hay intereses bien diferentes en unos y otros peticionarios de firmas.

La asociación anti-ruidos Aedar lleva cierta ventaja temporal y este fin de semana llevaba ya 2.000 firmas pidiendo más silencio y la elaboración de un Plan de Recuperación Acústica de Mérida, así como una patrulla anti-ruido formada al menos por dos agentes que tendrían la misión vigilarlas zonas más ruidosas de la ciudad.

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