Logroño, 30/3/2003 CONTAMINACIÓN ACÚSTICA. PROTESTAS VECINALESVecinos de Siete Infantes denuncian la proliferación de ruidos molestosLa nueva zona de 'marcha' provoca serios problemas 62 decibelios es el máximo medidoEl crecimiento de la capital riojana hacia el suroeste ha generado nuevas necesidades para los ciudadanos de esta zona. Entre ellas están el esparcimiento y el ocio. Por ello, en el entorno de la calle Siete Infantes de Lara, se ha creado un pequeño 'circuito' de bares, pubs y tabernas que empieza a tener muy buena aceptación entre los jóvenes y no tan jóvenes de Logroño. Esta nueva zona de 'marcha', como otras de la capital, conlleva 'daños colaterales' que afectan a los vecinos del barrio.R.VINAGREEl principal problema radica en los ruidos generados por la música y los vehículos estacionados en la zona que, a determinadas horas de la madrugada, resultan muy molestos. «Sólo el que vive encima es consciente de lo que ocurre», comenta una vecina del barrio. Y es que, en algunos casos, el problema ha pasado de ser una simple molestia a provocar un auténtico drama. Según cuenta una vecina de Avenida de Club Deportivo, sus hijos pequeños han tenido que recibir tratamiento por el estrés causado por los ruidos de un local cercano. Incluso se ha ido de su vivienda en períodos festivos para evitar las molestias. El calvario del ruidoEl primer caso llamativo es el del 'Mesón Jabugo', situado en la confluencia de las calles Alfonso VI y Siete Infantes de Lara. En un principio, según comenta una de las vecinas que vive encima del establecimiento, no había ningún problema. Incluso, para solventar algunos ruidos, se había colaborado con el propietario colocando tacos de goma en las mesas. Su particular calvario comienza cuando el mesón amplia sus instalaciones con varios locales adyacentes. El primero de ellos, un almacén sin el aislamiento acústico necesario, provoca las primeras molestias serias a los vecinos. Así, éstos acaban por denunciarlo a la Policía que impone una primera sanción administrativa de 90 euros. A esta situación se añade otro problema. La actividad de este negocio genera olores que llegan a las primeras plantas del edificio. A partir de entonces, en cuatro meses, se suceden hasta tres requerimientos sin que, según los vecinos, nadie se persone para hacer un informe. La situación se agrava con más denuncias por ruidos que llevan a una posible clausura. Ésta no se materializa puesto que, según los vecinos, «se da la orden de que no se cierre». Ante la problemática, los afectados deciden acudir al concejal de Urbanismo, César Ortega, y se realiza el correspondiente informe que está a la espera de una resolución. Trece denunciasOtro caso significativo dentro de la problemática surgida en este barrio logroñés es la situación de los vecinos que viven encima del establecimiento 'Abadía', situado en Avenida Club Deportivo. En noviembre del 2001 comienza una larga batalla para garantizar la convivencia de los logroñeses que moran en las inmediaciones de este bar. En primer lugar, se produce una demanda fallida ya que el local no guarda la distancia de 40 metros con otro establecimiento de similar actividad. La comunidad de vecinos pierde esta denuncia. Por otro lado, el 'Abadía' filtra olores al edificio provocando que, según una vecina, «no se pueda ni abrir la ventana». Pero el problema más grave, según varios perjudicados, no es otro que el de los ruidos. Así, uno de ellos muestra un documento con al menos trece denuncias positivas que, en un caso extremo, llegan a cotas de 62 decibelios. Esto llevó al cierre del 'Abadía' el año pasado durante cinco días. A pesar de esta situación, el local ha conseguido la ampliación del horario de cierre y 'sobrevivir' con una licencia de primera ocupación. Como en el caso anterior, después de la visita al concejal de Urbanismo, se recurre a un informe de ruidos, en este caso por parte de una empresa externa al Ayuntamiento. Éste determina picos de 38 y 46 decibelios en diversas actividades. Actualmente, tras un período de alegaciones, se espera una resolución que determine si es necesario un cierre cautelar del establecimiento. Los vecinos, tras esta serie de denuncias y requerimientos, esperan que su zona, tal y como reza en su boletín, no se convierta en Siete Infantes de 'barra'.
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