Barcelona, 27/3/3 La intensidad del ruido subió de 55 a 101 decibelios en la avenida de RomaLos barceloneses protagonizan una cacerolada monumentalAlgunos vecinos llevaron la protesta a las puertas del consulado de EEUUMERCÈ CONESA
Los vecinos recurrieron a cacerolas y otros utensilios ruidosos, como bocinas, silbatos, trompetas y hasta petardos para producir un estruendo que fue monumental en todos los barrios de Barcelona y de otras ciudades de la provincia. Muchos conductores se sumaban al griterío haciendo sonar las bocinas de los coches, mientras la mayoría de vecinos protagonizaba la cacerolada desde balcones y terrazas. EL SONÓMETROEl ruido no fue sólo una percepción. Un profesor de la Escuela de Ingenieros de Puertos, Canales y Caminos de Barcelona, Carles Sumpsi, midió en la zona de la avenida de Roma la intensidad del sonido durante los 15 minutos de la protesta. "Habitualmente en esta zona y a esta hora, cuando ya ha parado la actividad diurna y baja el tráfico, hay unos 55 decibelios. Ayer, se llegó a 82, pero hubo momentos punta en que se alcanzaron incluso los 101 decibelios", aseguró. Esta original protesta había sido convocada por la Plataforma Aturem la Guerra, el conglomerado de 250 ONG, entidades, partidos y sindicatos que organizaron las dos masivas manifestaciones y la cadena humana contra la guerra que se han hecho en Barcelona desde el 15 de febrero. SALIDA A LA CALLEEn algunos barrios, grupos de vecinos se concentraron en la calle para hacer ruido contra la guerra. Algunos ciudadanos llevaron su protesta sonora ante la sede de la Delegación del Gobierno en el Pla de Palau; otros se dirigieron hacia el consulado de Estados Unidos; unas 400 personas estuvieron en la plaza de Catalunya y un grupo de unos 500 ciudadanos hicieron ruido en la plaza de Sant Jaume. En algunos de estos puntos estratégicos, la cacerolada se prolongó incluso más allá de las 22.15 horas. Pero hubo otras muchas concentraciones: en la confluencia de la avenida Diagonal con la de Joan XXIII, en Les Corts; en la plaza Orfila, en Sant Andreu; en la confluencia de la Gran Vía con la calle de Méjico, en Hostafrancs; en la plaza de Rius i Taulet, en Gràcia; en la marquesina de Via Júlia, en Roquetes, y frente al Centre Cívic de La Sedeta, en el Eixample. No sólo hubo ruido en Barcelona. En L'Hospitalet, la ciudad protagonizó un monumental estruendo, especialmente en el barrio de Bellvitge, donde sonaron desde paelleras a petardos y trompetas. Los bomberos del parque de la ciudad sacaron un camión a la calle e hicieron sonar la sirena en complicidad con el vecindario y contra la guerra. En Sant Cugat, Castellar del Vallès y Mataró, entre otras poblaciones de la provincia, se dieron situaciones muy parecidas. En Girona hubo también ruido y apagón, pero en Lleida y Tarragona apenas fueron perceptibles. Esta disparidad se debe en buena medida a que en el resto de España la cacerolada se ha convocado para esta noche. En todo caso, ayer se llevó a cabo en aquellas localidades donde había sido convocada. En cuanto al apagón de luz, hubo una bajada en el consumo pero no fue especialmente significativa, según Fecsa. Esto se debe a que en esas horas de la noche, el consumo ya es habitualmente escaso al estar cerrados los comercios y muchas industrias.
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