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Zaragoza, 27/3/3

Un estudiante apuñala a otro en el colegio Pedro Cerbuna porque le molestaba el ruido

Pedro A.M., de 22 años, pagó ayer la ira y el enfado de Mattia E.S., otro estudiante de 27 años que estuvo buena parte de la noche quejándose de que sus compañeros de Colegio Mayor Pedro Cerbuna hacían ruido y no le dejaban dormir.

M. GARÚ/ B. VIDAL

Pedro A.M., de 22 años, pagó ayer la ira y el enfado de Mattia E.S., otro estudiante de 27 años que estuvo buena parte de la noche quejándose de que sus compañeros de Colegio Mayor Pedro Cerbuna hacían ruido y no le dejaban dormir. Cuando Pedro A.M. pasó por delante de su habitación hablando con dos amigos, Mattia E.S. salió con un cuchillo de cocina, de 10 centímetros de hoja, y se lo clavó en el estómago.

Después, se marchó de la residencia estudiantil y, vestido sólo con unos calzoncillos, se dirigió al cuartel de la Policía Local y contó lo que acababa de hacer. En las dependencias policiales ya lo conocían porque había estado una hora antes para denunciar que no podía dormir por los ruidos que hacían sus compañeros. Ayer era víspera de San Braulio, patrón de la Universidad. Si embargo, según el director, no se hizo fiesta en el Colegio y el bar estuvo abierto hasta las 2.00.

El apuñalamiento se produjo sobre las 4.30, pero Mattia E.S., de nacionalidad italiana, había empezado a dar señales de estar molesto y enfadado por supuestos ruidos poco antes de las 3.00. A esa hora, según explicaron ayer fuentes policiales, llamó al 092 y solicitó la presencia de una patrulla para que hiciese una medición de ruidos. Una pareja acudió al colegio y comprobó el nivel de ruido, que solo alcanzó los dos decibelios (el máximo permitido es 20). No obstante, los agentes se entrevistaron con el subdirector y le recomendaron que aconsejara a los estudiantes que guardaran silencio si pasaban cerca de la habitación de Mattia E.S. Los agentes dijeron que el joven aparentaba estar "muy nervioso", según recordó ayer el director de la residencia, José Luis Muzquiz.

Acudió al cuartel

Un cuarto de hora después de que se hubieran ido los dos agentes, Mattia E.S. se presentó en el cuartel de la calle de Domingo Miral y solicitó que volviese al colegio la misma pareja de policías que había estado y que volviera a medir los ruidos. La Policía Local comunicó de nuevo la queja del joven al subdirector y éste les dijo otra vez a los estudiantes procuraran no hacer ruido, según fuentes policiales.

Todas las recomendaciones no pudieron evitar que cuando Pedro A.M. volvía a las 4.30 con dos amigos de haber dado una vuelta, y pasara hablando por delante de su habitación, el agresor saliera al pasillo y le clavara el cuchillo en el estómago.

El joven sufrió una herida penetrante en la zona subcostal que le atravesó el lóbulo derecho hepático, según fuentes sanitarias. Fue trasladado al Hospital Clínico donde le intervinieron quirúrgicamente y le extirparon la vesícula y el apéndice. Afortunadamente, el joven pasó a planta por la tarde y su evolución es favorable, según explicaron las mismas fuentes.

Sus padres, que son de Soria y viven en la localidad de San Leonardo de Yagüe, se desplazaron rápidamente a la capital aragonesa cuando les comunicaron lo que le había sucedido a su hijo. El joven lleva tres años estudiando en la Universidad de Zaragoza.

Beca Erasmus

Mientras, Mattia E.S., estudiante de Turismo, llevaba dos meses en el Colegio Mayor con una beca del programa Erasmus. El director definió al joven como un poco "raro" ya que había dado creado situaciones "incómodas" porque se quejaba constantemente tanto de la comida como de que la gente fumara o de que hiciera ruido.

Tras acuchillar a Pedro A.M., se fue directamente a la calle tal y como había salido de su habitación, es decir, en calzoncillos.

Al llegar al cuartel, sobre las 4.45, se paró en la barrera que impide el paso de vehículos y, con el cuchillo en la mano, confesó lo que había hecho. Los agentes que lo arrestaron tuvieron que ir a la residencia para coger su ropa y que se vistiera antes de trasladarlo a la Jefatura Superior de Policía.

Su mayor preocupación era que sus padres no se enteraran de lo que había hecho, según fuentes policiales. Por la tarde estaba previsto que pasara a disposición judicial.

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