Cáceres, 18/3/3 «Se utiliza poco la vía penal para luchar contra el ruido»Según Antonio Mateo Rodríguez Arias, fiscal jefe de Badajoz, el tanto por ciento de demandas penales presentadas por un presunto delito contra el medio ambiente en su modalidad de contaminación acústica «es bajísimo». Por lo general, las personas que se sienten perjudicadas por este tipo de cuestiones suelen utilizar más la vía administrativa que la judicial. En este último año, por ejemplo, sólo se han iniciado tres o cuatro procedimientos en Badajoz y sólo ha prosperado uno. No obstante, para él, la sentencia que acaba de hacer pública el Tribunal Supremo -la cual ratifica la pena de dos años y tres meses de prisión impuesta en noviembre de 2000 por la Audiencia Provincial de Palencia al propietario de una sala de fiestas por un delito contra el medio ambiente en su modalidad de contaminación acústica-, puede hacer cambiar esta tendencia y animar a la gente a acudir a la vía penal a partir de ahora cuando se vean perjudicados. Este delito es relativamente nuevo. Se incorporó en el Código Penal de 1995 y hay muchas personas que desconocen que pueden ir por esta vía si verdaderamente consideran que se está produciendo una molestia que le afecta gravemente a su salud. Cultura del ruidoHay que tener en cuenta, dice Antonio Mateo, la cultura del ruido que existe en España, país tolerante con este fenómeno, lo que hace que determinadas cuestiones 'insoportables' por los sufridores sean consideradas 'normales' por el resto. Entiende que las cuestiones relativas al ruido cuesta mucho demostrarlas: «una actividad concreta, sea la que sea, no sólo tienen que estar produciendo molestias a una persona en su domicilio, es que ésta tiene que estar afectándole gravemente a la salud». Para demostrarlo hay que realizar muchas pruebas periciales, lo que conlleva iniciar un proceso largo y costoso desde el punto de vista económico, lo que desanima a los posibles perjudicados.
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