Segovia, 28/07/03 El ruido en Herrería e Infanta Isabel
ASOCIACIÓN SEGOVIA CONTRA EL RUIDOSI hay algo que deteriora gravemente la calidad de vida es la falta de descanso. Podemos vivir felizmente con más o menos dinero, con un trabajo bueno o regular, con carencias de varios tipos, luchando siempre por superar esos problemas y preocupaciones que un poco antes o después acaban afectando a los humanos. Todo se puede superar y neutralizar con ese descanso nocturno que nos exige la propia naturaleza. Pues bien, ese ritmo vital se rompe absolutamente en ciertas zonas de la ciudad, concretamente en las calles que nombramos, Herrería e Infanta Isabel, que son las que padecemos. A lo largo de los años se ha ido consintiendo una aglomeración de bares concediendo licencias al margen de la legalidad o bordeando situaciones que podrían constituir un fraude de Ley. De forma que la propia Ley de Prevención, Asistencia e Integración Social de Drogodependientes de Castilla y León 3/94 de 29 de marzo y la concreción que de la misma hace el Ayuntamiento de Segovia en la Ordenanza Municipal sobre Prevención de alcoholismo y tabaquismo (B.O.P. de 12-junio-1995) son papel mojado. El resultado es una situación caótica que, al menos hasta ahora, no se ha querido abordar y que está afectando a la salud física y psíquica de aquellos vecinos que viven en el entorno. En estos momentos vamos a centrarnos en el local llamado Geografic, antes Comic. En la confluencia de las dos calles que citamos, en un tiempo feliz teníamos un supermercado que surtía dignamente al barrio. En un momento dado se cierra y comunican a los vecinos más directamente afectados que se pretende poner un disco-bar. La gran mayoría de esas personas enviaron escritos al Ayuntamiento oponiéndose a tal proyecto, argumentando principalmente que la Ordenanza Municipal no permitía esa instalación por la falta de distancia legal a otros bares cercanos. Dicha Ordenanza dice literalmente en su Artículo 15, punto 1: «La distancia mínima entre las puertas de acceso a los establecimientos será de 25 metros». Más adelante en el punto 3 abunda: «La situación se deberá analizar refiriéndola a la realmente existente en el momento de producirse la petición por el interesado». Se levanta un acta notarial para acreditar que efectivamente no existe -ni ha existido-- en ese local otra puerta más que la del chaflán, que no tiene la distancia requerida. Sorprendentemente el Ayuntamiento da la licencia, por lo que los vecinos nos vemos obligados a iniciar una querella en el Tribunal Contencioso Administrativo, que falla en contra, estimando que según el proyecto se va a abrir otra puerta a una distancia conveniente. Ciertamente esa posibilidad se puede admitir en otras ordenanzas que no afinan tanto, pero no en la de Segovia. Recurrimos al Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León y recibimos la misma sentencia. Parece que los señores jueces, presuntamente, aplican la ley sin tener en cuenta las ordenanzas locales. En lo que también coinciden las sentencias es en que la referida puerta queda como salida de emergencia, que como es sabido debe permanecer cerrada. Los primeros gestores del local, que nos metieron la mayor, al menos respetaron esa limitación; pero hace algo más de un año lo traspasaron y el nuevo inquilino, poniéndose el mundo por montera, utiliza esa puerta a todas horas del día y de la noche, favoreciendo la aglomeración y el follón con los bares del entorno, que es precisamente lo que pretende evitar la legislación. Pues bien. El 1 de agosto de 2002, hace prácticamente un año, iniciamos otra vez el penoso camino de escritos y denuncias, con entrevistas personales tanto con Policía Local como con funcionarios de la Concejalía de Urbanismo. Todo inútil. En la última notificación del Ayuntamiento, se conmina al dueño de ese negocio para que legalice un montón de cosas que tiene sin legalizar, y respecto a la puerta de marras se le da un plazo máximo de «15 días improrrogables» para cerrarla. Dicho plazo se acabó el 6 de junio y ni ha pasado nada ni parece que vaya a pasar. La intervención municipal se limita a que vaya la Policía, siempre tras una llamada previa de los vecinos; normalmente pasan de largo comprobando desde el coche que la puerta está abierta y ni siquiera entran en el local para no molestar. En alguna ocasión cierran la puerta durante unos diez minutos y luego la vuelven a abrir con la mayor desfachatez. Da la impresión de que, presuntamente, este gestor tiene un amigo donde tiene que tenerlo. Es increíble que primen los intereses económicos de un individuo -en un marco ilegal- antes que la salud de las personas de una zona del barrio Parecería normal que con las simples gestiones vecinales se arreglara esta situación, pero como no es así, vamos a iniciar otras acciones desde la Asociación Segovia contra el Ruido, y como primera medida estamos saliendo a los medios de comunicación para que ciertas actuaciones no se sigan silenciando. Coincide en el tiempo el cambio de Concejo, y tenemos la esperanza de que será más sensible a los problemas vecinales, dando soluciones en temas como el presente que afectan de una manera importante a los ciudadanos, y que de hecho está provocando un éxodo hacia otras zonas de la ciudad, ya que esta situación mina totalmente la calidad de vida.
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