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Alicante, 24/08/03

Más de 200 familias de La Almadraba claman contra el ruido en la playa

Aseguran que hay una saturación del aparcamiento y que se utiliza una pinada para aparcar los vehículos, hacer carreras y barbacoas bajo los árboles. Algunos jóvenes se cuelan y se bañan en las piscinas de las urbanizaciones
Victoria Mora
Con el verano, el botellón se traslada de las calles y zonas recogidas de los barrios a las zonas de playa. Los vecinos de varias urbanizaciones de La Almadraba han comprobado cómo este fenómeno ha vuelto a tocarles y les está afectando en su vida normal.

Aunque parezca paradójico, muchas de las familias que viven en la playa de La Almadraba con vistas directas al mar prefieren que llegue el invierno. Son meses en los que no padecen ruidos, ni la invasión constante de la pinada, ni saturación de aceras con el aparcamiento, ni se quedan bloqueadas las salidas de emergencia por culpa de los coches mal aparcados.

Varias urbanizaciones en las que viven alrededor de 220 familias se han unido y se han dirigido al Ayuntamiento y a la concejala de Playas, María José Rico, para pedir que se tomen medidas, sobre todo disuasorias a través de más presencia policial. Los representantes de residenciales de los alrededores Playa Almadraba, Santa Bárbara, Puerto Romano y Bahía han enviado al Consistorio un listado de los problemas que padecen durante todo el verano. Exigen que se tomen medidas contra la contaminación acústica que sufren por culpa de las fiestas que se celebran frente a sus casas.

Denuncian que sufren contaminación acústica durante todo el día, que se agrava por la noche y la invasión de coches de la única pinada frente al mar que queda en Alicante y que acogió el antiguo cámping, donde además hay unos pivotes que se retiran impunemente.

En dicha pinada, que los vecinos consideran un parque desperdiciado, se celebran fiestas y se hacen barbacoas debajo de los pinos, por lo que temen que se puedan producir incendios. Piden que se prohíba expresamente el paso y se pongan multas.

A todo ello se suma la inseguridad en la que viven, puesto que reconocen que los fines de semana algunos grupos de chavales se cuelan en las urbanizaciones y se bañan en la piscina. Por ello, al menos en Playa Almadraba, se han visto obligados a pensar en un vallado más restrictivo.

Un chiringuito
Este verano se ha agudizado un problema que reconocen que ya padecían en los últimos años. Por primera vez se ha instalado un chiringuito de playa y, aunque no lo culpan de sus males, sí aseguran que ha agravado los problemas que ya tenían. El fin de semana es el peor momento. Es cuando más gente acude a dicho bar. «Vienen de marcha y cuando el chiringuito cierra se quedan por aquí. Van cocidos y se cuelan en la urbanización y se meten en la piscina. La última vez una señora en lugar de llamar a la Policía les llamó la atención y se desnudaron delante de ella», explica el presidente en funciones de la urbanización Playa Almadraba, Vicente García. Los vecinos han denunciado que el chiringuito está abierto durante muchas horas y consideran que supera los niveles acústicos permitidos por la noche.

La invasión de la pinada es uno de los temas que más preocupa a los residentes. Aunque la Concejalía de Servicios y Mantenimiento colocó el año pasado pivotes para impedir la entrada de coches, algunos se las ingenia para bajarlos y la zona se ve invadida de vehículos y motos. «Se montan sus fiestas y abren los capós para escuchar la música», explica el presidente en funciones, quien reconoce que todos los vecinos se ven obligados a cerrar puertas y ventanas si desean descansar.

Además, reconoce que la antigua zona del cámping Bahía se ha convertido en un lugar donde se celebran fiestas gitanas «que duran hasta tres días, celebran hasta bautizos», explica Vicente García, quien señala que el problema es el ruido que producen y, sobre todo, «que a pleno luz del día las mujeres se meten vestidas en el agua».

La dueña de un bar frente al mar corrobora que sobre todo los fines de semanas llegan grupos grandes de personas que meten los coches en la pinada, hacen hogueras y generan mucho ruido. «Se utiliza la zona como cobijo para los moteros de la zona que aprovechan el área de pinos para realizar competiciones de velocidad», apunta García.

En las peticiones al Consistorio destaca la solicitud de que «se desarrollen acciones municipales de control de ruidos en horas de descanso nocturno» e incluso piden que en verano se declare la zona acústicamente contaminada.

Reconocen que cuando llaman a la Policía tarda poco en llegar e incluso ya ha habido actuaciones con la retirada de coches del interior de la pinada, pero esperan medidas más contundentes y definitivas.

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