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Oviedo, 18/08/03

El dulce sonido del silencio

La apertura del tramo Oviedo-Trubia de la A-63 ha cambiado la vida de los vecinos de todos los pueblos del entorno por donde pasa de la N-634
R. GARCÍA ECHEVARRÍA

El Ministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos, inauguró el pasado día 30 de julio los ocho kilómetros de carretera que unen Latores con Trubia (de los que 5.700 son de autovía), dentro del trazado de la A-63 que conectará Oviedo con La Espina.

El ministro destacaba entonces que la nueva infraestructura vertebrará el occidente asturiano desde la capital. Una segunda lectura añade otro dato importante. La nueva calzada desvía el abundante tráfico que antes soportaba la N-634.

El desvío ha cambiado radicalmente la vida a los ovetenses que residen en los pueblos antes atravesados por la nacional entre Latores y Oviedo. Ahora pueden disfrutar del dulce sonido del silencio. La N-634 era uno de los trazados del concejo que más tráfico soportaba. No en vano, era la carretera nacional en dirección a Galicia y todo el occidente asturiano. Además, el tramo hasta Grado destacaba por su sinuosidad, que en muchas ocasiones dio lugar a graves accidentes, sobre todo de camiones. Habitualmente provocaba retenciones y caravanas.

El último accidente de gravedad sucedió en noviembre de 2002. Un camión cisterna volcó y provocó graves trastornos de tráfico durante las 15 horas que estuvo cortada la circulación entre Sograndio y la capital.

TRUBIA
Directos a Oviedo en 10 minutos

La mayoría de los trubiecos ya no utilizan la N-634 para nada. Llegan a Oviedo en menos de diez minutos por el nuevo tramo de autopista, que conecta con la localidad a través de un ramal de 2,3 kilómetros.

Todavía quedan algunas obras en la vieja carretera para adaptar los carriles de salida a la A-63, y del pueblo hacia la nacional. El ramal no convence del todo a algunos vecinos, en especial por la señal de stop a la entrada de Soto de Arriba. Pero parece que los últimos remates satisfarán a los más reacios.

SOTO DE ARRIBA
Calidad de vida

Soto de Arriba está casi pegada a Trubia, comienza poco después de pasar el río Nalón. El límite entre una población y otra es sólo cuestión de una señal, con lo que todavía se ve afectada por las obras de finalización del ramal de Trubia.

Pero antes de que comenzasen estas mejoras, los vecinos de Soto tuvieron la oportunidad de vivir unos días sin coches ni obras: «La calidad de vida mejorará un horror en cuanto finalicen estas nuevas obras. Esos días fueron una gozada», comenta Purificación Suárez. Soto está a pie de carretera y la vida antes «era un auténtico infierno», recuerda Puri.

GODOS
Muchos menos ruidos

El caso de Godos es el más diferente de todos los pueblos afectados. El núcleo de la población se encuentra a unos 200 metros de la antigua carretera general. Lo que más les afectaba a los vecinos de Godos era el ruido que generaban, sobre todo, los camiones. «El trajín empezaba a eso de las cinco de la mañana», comenta Adolfo García.

En un día normal «podían pasar más de 80 camiones sólo de la Química del Nalón», dice Adolfo. Lo cierto es que, de momento, esa afluencia de camiones no ha desaparecido, pero sí se ha reducido de forma notable (los camiones que se dirigen a las canteras de Pioner Concrete Hispania). La emisión de ruidos ha disminuido tanto que «por las noches, si abrimos las ventanas de par en par, no se oye nada más que pura tranquilidad», añade Adolfo.

SOGRANDIO
Menos coches y más velocidad

En Sograndio, el pueblo más grande del entorno después de Trubia, la nueva situación se ha recibido con escepticismo. Por un lado, los vecinos reconocen la «bendición» que supone la reducción del paso de vehículos. «Antes era imposible estar más de quince segundos sin oir el ruido de un coche», explica Feliciano González, y su mujer asiente convencida mientras acaba de hacer la comida.

Pero el nuevo problema es de velocidad. Los coches pasan por Sograndio «como si fuese un rally». Cruzar la carretera o bajarse del autobús es ahora casi más peligroso que antes. «De miedo verlos pasar» dice Feliciano.

SANTA MARINA DE PIEDRAMUELLE
Canteras y restaurantes

Santa Marina de Piedramuelle es la población para la que menos han cambiado las cosas, ya que tiene muy cerca la entrada de la cantera de Pioner Concrete Hispania, con lo que el tráfico de camiones sigue siendo elevado.

Por otro lado, el pueblo cuenta con numerosos restaurantes para los que los viajeros eran una importante fuente de ingresos. Ahora son muchos menos los que utilizan la carretera.

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